- Utilizando tus DEDOS, la más generalizada sin duda, rápida, con apenas pérdida de producto pero menos precisa y uniforme que las otras salvo que te cuides mucho de extender perfectamente y difuminar los bordes lo cual si os fijáis bien veréis que es poco frecuente.
- Utilizando ESPONJILLAS DE DISTINTAS FORMAS de látex, cogiendo poco a poco el maquillaje y poniéndolo a toquecitos sobre la piel “sin arrastrar demasiado“, se consigue una mejor fijación del producto y una mejor covertura de la piel, es el ideal para los maquillajes más acentuados sobre todo nocturnos o para fotografia de estudio. El inconveniente es que usando esta técnica a diario verás como tu maquillaje tiene menor duración pues hay una mayor pérdida del producto.
- Utilizando una BROCHA especial, quizá muchos no lo habréis probado aún pero tiene muchas ventajas y un sólo inconveniente: acostumbrarse a usarla. Sus ventajas: un acabado realmente uniforme y natural con la cobertura deseada pues es sólo cuestión de estirar el producto con más o menos cantidad, la brocha llega perfectamente a los rincones más difíciles del rostro por otro lado la pérdida de producto es nula y encima no nos manchamos los dedos al maquillarnos.
Estas brochas para maquillaje fluido deben ser sintéticas y no de pelo natural (las cuales se usan para productos en polvo), así no se estropean y deben de limpiarse con un jabón anti grasa (perfecto el que usamos para los platos), sin embargo, las de pelo natural deben ser lavadas con champú.
Ahora vamos con la manera o mejor dicho la dirección de los movimientos para conseguir un acabado perfecto: